A Orlando Figuera
el primero en kikongo, lengua bantú que nos hace verbo y tiempo.
Mayo invernal que languidece
y una colonia tricolor se va agolpando
como enjambre cardumen
como banco de humanos
que van y que vienen
iguales, pero separados.
Y nueces de palmas se agitan
van de una mano a la otra
de la otra a la tierra
de la tierra al fuego
¡Cosecha amarga!
La misma de ayer y de antes.
Piel negra que se desnuda
que corre angustiosa,
desnudos sus surcos
desnudos sus sueños.
Y el aire se impregna de un cuerpo prendido
iluminadas sus alas de Fénix herido.
No le mató la neumonía, le mató Dallas
no hubo árbol, ni raíces, ni hojas heridas
sólo fuego y sangre, hipodermis desnuda y desprendida
por aquellos iguales, pero separados
por aquellos que hoy duermen sus conciencias
con la falsa bandera de la misión cumplida.
Lilia Ferrer-Morillo
Publicado en: IMBA. Voces del Tiempo: Poemas desde Nuestramérica
(Ediciones CICCUS, 2019)
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