La palabra poesía...

jueves, 20 de octubre de 2022

Los pies amortajados del Che


Son los pies vestidos 
con un ropaje de corteza vegetal 
trashumante 
para la lucha 
que se sabe eterna.






Pies de puntadas lacerantes 
que sangran 
por el orificio sin fondo 
de una bala cobarde 
de la Quebrada del Yuro.

Pies ungidos 
por lágrimas 
de pequeños riachuelos 
que hoy son ríos 
que sacian para siempre 
nuestra sed 
de sueños.

Pies de barro húmedo 
originario 
donde anidan cálidas 
semillas viajeras 
que florecen infinitas 
en los fuegos del tiempo.

Pies de la materia orgánica 
que no muere 
ni ya muerta 
por la alquimia de las luchas 
que todo lo vuelcan 
en horizonte vivo 
y mil caminos.

Che Comandante, 
quisieron momificar tus pies 
sin entender 
que no eres 
un muerto.

Lilia Ferrer Morillo

miércoles, 19 de octubre de 2022

A Pedro Muralla, mi padre


Hombre venido de Guatarima
y sus caminos de charamiscos y pájaros
donde florecen los úteros de la africanía 
preñada de sueños.



Pedro marimba y tambor,
llegado de tierras distantes,
tierras trasplantadas 
en el corazón de la Sierra coriana.

Pedro doblemente piedra,
también caipio y arigüaje,
con su pulpa blandita
amasada por aguas cristalinas
que brotan de pozos que inundan la lejanía.

Pedro Muralla,
evocado desde la memoria,
esa que entiende de razones
que vuelcan los días 
de amor y de sombras.

Pedro pueblo,
germinado en voces y pieles,
corazón y espíritu,
fuerza y coraje 
para salvar la vida.

El único reclamo,
haberte marchado 
antes 
de 
todos 
los 
tiempos.

Lilia Ferrer-Morillo

miércoles, 5 de octubre de 2022

MANIGUA



Cuando la manigua se te hace sangre
se te hace carne 
y dispara sus dardos trashumantes 
hasta extraviarte para siempre 
en el abismo del Darién.




Cuando la manigua se te hace cumbre 
y se te hace aguas del trópico 
partiéndose fractalizadas 
en montañas impenetrables 
con bosques que se te cierran 
apenas y pasan los cuerpos 
entre las hendiduras de los pies.

Cuando la manigua es tu vecina
tu propia hermana
comparte tu código genético
no te es ajena
escuchas su llanto de velorio 
de las tres interminables de la tarde 
que se niega a morir.

Cuando la manigua asalta tu barrio
tu propio acento
el lambdacismo 
que ahora te nombra
que te encuentra 
en el pico tenebroso 
de la montaña 
que jopea tu estirpe
que ríe llorando 
el lamento 
de la historia 
que te trajo aquí.

Cuando la manigua tiene tu rostro
y el de tus hijas, tu propia estirpe
la del abuelo que aró la tierra 
que no fue suya, ni de su madre
ni de tus nietas
de otras maniguas
tantas maniguas
las del ayer.

Cuando la manigua te encuentra
la reconoces
ella te sabe, sabe tus tiempos
no es nigromante
y no adivina
y la conjuras
pero te encuentra
la muy manigua
es de tu estirpe
tiene tu sangre
la que se escurre
se petrifica 
y se adormece 
ahora y siempre
en el Darién.

Lilia Ferrer Morillo

EL BESO

Los labios bañados  por la única  gota de agua salobre   mineralizada  en los poros  jadeando  en fuga   tras rocas  prehistóric...