con mil nombres te llamé
en mi conjuro nigromante
de mi insomnia nigromante
en mis intrincados caminos
de las bocanadas de humo nigromantes
te llamé.
Te nombré,
conjurada te nombré
en las sierras de Sorte te nombré
genealogía originaria
que de las Cataratas de Hueque
y del Pozo de la Rosa
emerge cristalina
desmitificando credos
te encontré.
Te conjugué
Ubuntu de todos los tiempos
las personas y las cosas
del soy porque somos
de la africanía originaria
de la trashumancia que va y vuelve
siempre vuelve
te conjugué.
Te adjetivé
Señora de las aguas
que en la Laguna de Nirgua
se mira en el espejo
renacida Yara
cacica de los tiempos
adjetivación perfecta
Reina originaria
te adjetivé.
Me nombré
jirajara, ayomán y gayón
me nombré
pok diú [montaña grande]
me elevé.
Me conjugué
de Congo y Loango
en todas las voces y sus tiempos
me conjugué.
Lilia Ferrer-Morillo
cuando escriba, quiero escribir con algo de tu inmensidad, cuando aprenda a escribir...cuando...
ResponderEliminar"...ya llegará el momento en que descansaremos por el resto de los tiempos y el grito de 'brindemos por eso' y porque hoy nos convertimos en humanos y nos nombramos con el verbo de los mortales para definir ese todo que va más allá del todo..."
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