La palabra poesía...

domingo, 26 de febrero de 2023

NO TENGO LENGUA MATERNA

Mi lengua yace muerta
en fosas a cielo abierto 
entre el cruce trasatlántico
de un barco negrero
y la peste que diezmó 
a ayomanes, jirajaras y gayones
del norte del sur que habito.

No tengo otra  lengua materna 
distinta al arrullo silencioso
de la vieja abuela 
que me exorciza 
en un mantra enrevesado
bañado mi cuerpo con el claro de luna
sembrado mi ombligo 
en una cumbre congelada 
frente al inmenso Caribe.

No tengo lengua materna.
Soy la nieta 
de tres mil lenguas fundidas 
en un único grito.

No tengo lengua materna.
Me he liberado de tus gramáticas perfectas.

Lilia Ferrer-Morillo 

jueves, 16 de febrero de 2023

ESCRIBIR SOBRE PIEDRA

Miguel Moya (2016)
Fortines de costas e islotes
corral de negros en piedemontes y serranías
fortalezas de roca caliza
porquerizas de sello y carimba.


Piedra antigua que testimonia la vida
la originaria de apóstatas 
abriendo surcos en conucos
ayer nombrados de primicia.

Piedra filosofal vertida en carimbas
de pieles y sombras
ébanos silentes
de bisures reptando caminos extraviados
de huevos prehistóricos anidados  en tu orilla.

Una junta de ancianas 
conjura la conciencia perdida
la conciencia extraviada
aquella dormida.

De Nuanal, El Cilantrillo y Macuquita
vienen sandiegueras, de La Chapa y Santa María
vienen de Conquema, Palenque y Guatarima
también de Macanillas, Uria y Santa Lucía.

Conjuran la tierra, las diosas, la vida
juran sobre piedras
aquellas escritas 
con los huesos
la sangre, en la roca  caliza.

Arman la rochela
que no hicieron antes
se escucha la risa
de las que abdican y hacen nuevas juras
escriben con piedras nunca más dormidas.

Lilia Ferrer Morillo
Pensando en la genealogía de las mujeres de serranía

miércoles, 8 de febrero de 2023

MI CASA



Fot.: Skid Robot (2014)
La calle toda es mi casa
y en ella me  desahuciaste
y  arrinconaste,
precarizaste
y abandonaste
en los vórtices
de tu hostil arquitectura
que me lleva y trae
me envuelve y duerme
en el ruido silente de esta ciudad en ruinas. 

La calle toda es mi casa
y me extravía para siempre
en este laberinto de piedras
arrinconado en su miedo pandémico
que hoy se resguarda
de la proxémica de otros cuerpos
habitados por pestes inoculadas
desterritorializadas
en mi casa.

La calle toda es mi casa
y de mis hijos e hijas 
que duermen, siempre duermen
en mis brazos crísticos 
que claman piedad
y nada saben de igualdad.

La calle toda es mi casa
y me exhortas 
y ordenas quedarme en casa.

El cielo abierto es mi casa
y siempre cumplo, 
me quedo en casa
sin sospechar cómo todos
salen de ella despavoridos 
de mi casa
la que habito
sin expensas ni condominio
mi casa
sin servicios 
la que me hiela de fríos
mi casa 
mi propiedad invadida
por millones
hoy reducidos. 

La calle toda es  mi casa
poblada por  otros seres, nocturnos
arrinconados, 
desechados, 
invisibles, 
para tus ojos, 
que ya no miran, 
y si nos miran, 
por un instante, 
solo un instante, 
desprevenido, nocturno
tú, nocturno
ya no miras, nocturno.

Sigo aquí, en mi casa.

Lilia Ferrer Morillo (2020)

EL BESO

Los labios bañados  por la única  gota de agua salobre   mineralizada  en los poros  jadeando  en fuga   tras rocas  prehistóric...