La palabra poesía...

domingo, 3 de marzo de 2024

JUEGOS DE DOMINGO CON LA IA


Le ordené 
un dibujo a medida, de esos que no destilan óleos ni precisan de lienzos ni de los cinco años, o toda una vida dedicada en algún taller de artes. Un dibujo instantáneo y situado le pedí.

El centro, aquella vieja casa cercana a cualquier plaza de república, con sus paredes cubiertas de cal cicatrizada y, eso sí, abrazada por cientos, no, miles de mandevillas amarillas. 

Y vos al frente de aquella casa blanca cuya dimensión, a contramano de mi milimétrica memoria,  resultó más grande que el recuerdo artificioso que la imaginación dictaba.

Te hizo flaco y calvo, como le pedí, saciando las  gargantas de tus hijas  amarillas con el líquido vital desparramado en las orillas.

Y ese atardeamanecer que no alcanzo a desentrañar. 

Y las mandevillas trastocadas en sus raíces y cuerpos. Casi que se subvierten en baobabs las pequeñas niñas.

La IA nada sabe de mandevillas amarillas.

O el chat no atiende lo que la poesía grita.

Lilia Ferrer-Morillo

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