Nosotras, las migrantas, negras, originarias, empobrecidas, desplazadas, refugiadas, perseguidas, sometidas a trata, acosadas, clandestinas, cuidadoras, limpiaculos, las extranjeras,
Nosotras, apátridas en el propio suelo que nos ha parido, que nos arranca y arroja, lejos de casa, en las fauces mismas del tiburón,
Nosotras, las de las villas y sus miserias, desigualadas para el sistema, analfabetas, aún con títulos y cada apostilla pasada por las narices de la haya y las burocracias diseñadas para restar valor si los sellos húmedos no vienen del norte global,
Nosotras, sudakas, del sur infrahumanizado, patio trasero, borradas del canon y sus ínfulas de estéticas y moralidad supremacista, blancocéntricas, heteropatriarcales y regidas por el capitalismo mesiánico global,
Nosotras, racializadas, las perfiladas con tecnologías policiales biométricas que escanean nuestros huesos y genealogías hasta dar con el adn mitocondrial que nos geolocalice en el sur del sur de las periferias globales y sus cicatrices coloniales,
Nosotras, las extranjeras, las del voto condicionado y el aborto clandestino, situadas fuera de las estadísticas que nos cuentan el día después de mañana, en crónicas de la mediática que se las juega al mejor postor, instantánea, alevosa y sangrienta, que nos criminaliza aún después de muertas,
Nosotrxs, exiliadas por amenazas de arrancarnos por la fuerza nuestra identidad de género autopercibido. Devolvernos no es opción cuando la identidad y dignidad corren grave peligro,
Nosotras, las que sostenemos y damos rentabilidad al mercado inmobiliario que se lucra con nuestro trabajo, nuestro sudor, nuestras ausencias del hogar propio. Mercado inmobiliario asimétrico que desregula hacia arriba y esclaviza hacia abajo,
Nosotras, diaspóricas, desplazadas, condenadas al desarraigo por el sistema que nos obliga a movernos siempre y desafectarnos de los orígenes y de nuestra esencia comunitaria y consanguínea y hacernos parias, nómades y errantes en la misma tierra,
Nosotras, laburantes inferiorizadas y precarizadas, dispuestas en condiciones laborales de subalternidad y cuidado de los otros, acusadas de planeras aunque nuestra jornada lleve doce horas con derecho a cama pero no a sueldo digno,
Nosotras, migrantas, refugiadas, apátridas, de la Matria Grande, orgullosas feministas de las resistencias y revoluciones históricas, contrahegemónicas, plurinacionales, diversas, luchadoras incansables, nosotras:
Mañana paramos para demostrar que, si bajamos los brazos, ¡el norte global se cae a pedazos!
Lilia Ferrer-Morillo
Fot.: ©Comunidad Antirracista de Argentina, 8 de marzo de 2024
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