Cuando la manigua se te hace sangre
se te hace carne
y dispara sus dardos trashumantes
hasta extraviarte para siempre
en el abismo del Darién.
se te hace carne
y dispara sus dardos trashumantes
hasta extraviarte para siempre
en el abismo del Darién.
Cuando la manigua se te hace cumbre
y se te hace aguas del trópico
partiéndose fractalizadas
en montañas impenetrables
con bosques que se te cierran
apenas y pasan los cuerpos
entre las hendiduras de los pies.
Cuando la manigua es tu vecina
Cuando la manigua es tu vecina
tu propia hermana
comparte tu código genético
no te es ajena
escuchas su llanto de velorio
de las tres interminables de la tarde
que se niega a morir.
Cuando la manigua asalta tu barrio
Cuando la manigua asalta tu barrio
tu propio acento
el lambdacismo
que ahora te nombra
que te encuentra
en el pico tenebroso
de la montaña
que jopea tu estirpe
que ríe llorando
el lamento
de la historia
que te trajo aquí.
Cuando la manigua tiene tu rostro
Cuando la manigua tiene tu rostro
y el de tus hijas, tu propia estirpe
la del abuelo que aró la tierra
que no fue suya, ni de su madre
ni de tus nietas
de otras maniguas
tantas maniguas
las del ayer.
Cuando la manigua te encuentra
Cuando la manigua te encuentra
la reconoces
ella te sabe, sabe tus tiempos
no es nigromante
y no adivina
y la conjuras
pero te encuentra
la muy manigua
es de tu estirpe
tiene tu sangre
la que se escurre
se petrifica
y se adormece
ahora y siempre
en el Darién.
Lilia Ferrer Morillo
Lilia Ferrer Morillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario