Mayo invernal que languidece
y una colonia tricolor se va agolpando
como enjambre cardumen
como banco de humanos
que van y que vienen
iguales, pero separados.
Y nueces de palmas se agitan
van de una mano a la otra
de la otra a la tierra
de la tierra al fuego
¡Cosecha amarga!
La misma de ayer y de antes.
Piel negra que se desnuda
que corre angustiosa,
desnudos sus surcos
desnudos sus sueños.
Y el aire se impregna de un cuerpo prendido
iluminadas sus alas de Fénix herido.
¡No le mató la neumonía, le mató Dallas!
No hubo árbol, ni raíces, ni hojas heridas
sólo fuego y sangre
hipodermis desnuda y desprendida
por aquellos iguales, pero separados
por aquellos que hoy duermen sus conciencias
con la falsa bandera de la misión cumplida.
Lilia Ferrer-Morillo, IMBA: Voces del tiempo,
Ediciones Ciccus, 2019.
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