En las plazas república
de patrias que no nacen
chamuscadas
arrasadas
por los francis drake
macondianos
y sus olvidos inmemoriales.
sin nombre
y las alfonsinas
que tocan con las manos
la tierra mojada
hasta perderse en mares
de aguas salobres
insípidas
desde este tiempo
distante.
Te esperé
en maicaito
frente al convento
descendiendo
serranías
para escalarlas
una y todas las veces.
Aún te espero
en la lágrima
interminable
recorriendo
surcos
de pieles pasadas.
Te espero...
Lilia Ferrer-Morillo
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