me extravío
en las cantarinas gargantas
de las mandevillas amarillas
que susurran tu nombre...
me abandono
a la vuelta de la línea casi imperceptible
de tus ojos gitanos...
me rindo
en la transparencia que nace del abismo
de tus signos y mis sentidos...
me hielo
en los sudores de cada poema maldito
del demonio baudelairiano que se agita
en mis hondonadas sin cesar...
naufrago
en el sueño sofocado
de tus caricias en mi cuello
al arribo de un cayuco
haciéndonos aguas
entre Canarias y la isla de Gorée...
y me hago cargo
del desierto de nostalgias conjuradas
por las dunas del Sahara que extravían tu nombre...
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