de los orígenes
de la memoria
de la historia
de la brasa viva
que apagarse no debe
de los huesos
antiguos
que cloquean
a las tres interminables
de la tarde
Por la salud primigenia
por las heridas
que no cesan
de drenar
dolores añejos
Por la salud originaria
que infusiona
brebajes
transmitidos
de mujeres antiguas
sabias
que sellaron
con fuego
las heridas
de mi estirpe primera
Por la salud primigenia
que condenarse no puede
aunque lágrimas
broten
como el diluvio
mítico
que limpió
en tiempos lejanos
la faz de la tierra
Por mi salud raizal
cierro aquí.
Lilia Ferrer-Morillo